Somos muy jóvenes para llenarnos la cabeza de problemas, meditando y pensando cual podría ser la mejor forma de solucionar las cosas, no somos ni seremos las primeras ni las últimas personas que pasaremos por la vida de alguien,nos queda mucho por andar,por conocer,por recorrer y sufrir, necesitamos tiempo para madurar en base a lo vivido,no creernos que a esta altura ya tenemos todo asimilado,porque esta altura ni siquiera es altura. Sigamos conociendo aquellos rincones que nos hacen sentirnos completos,descubriendo el bien y el mal del otro, quien queremos ser y quien no, que queremos hacer y que no,aprendamos a ver las diferentes personalidades de una persona sin sorprendernos,no todo lo que brilla es oro,en cualquier momento descubrirás que no solo brillaba sino que también se opacaba. Aprendamos a rendirnos dignamente, no seguir luchando por lo que nunca comenzó,la gente en nuestra vida es circunstancial y aquellos que quedan quizás están destinados a vivir muchas circunstancias más y si no es así,nos daremos cuenta que esa gente es la que realmente nos merece.